Rodolfo Rodríguez “El Pana”
Lo sucedido a Rodolfo Rodríguez “El Pana” es una verdadera tragedia, que ahora tiene la vida pendiendo de un hilo. El golpe que le acomodó el toro capacho fue brutal. La realidad que fue un accidente terrible, muy dramático, para un hombre que por desgracia sus mejores años en los ruedos ya habían pasado. Tengo la impresión de que Rodolfo Rodríguez debe estar rondando ahora los 68 años de edad, y todavía andaba metido en estas cosas de los ruedos. Y digo andaba porque me recuerda mucho a tres accidentes que ocurrieron en la fiesta de los toros; cada uno con tres diferentes circunstancias trágicas. Uno fue la condición de parálisis de Paco Ojeda, un maravilloso torero español; la otra de un torero francés, Alain Montcouquiol, “ Nimeño II” que también fue volteado de una manera similar a esa, y cuando cayó se lastimó la columna en la parte de las cervicales y quedó también parapléjico pero su caso fue todavía más dramático, pues después de un año, se suicidó ahorcándose. Y el caso de Antonio Bienvenida, a quien en una tienta de vaquillas, una vaca chiquilla le agarró desprevenido, le golpea la pierna y lo voltea igual contra el piso y lo mata, después de haber matado más de tres mil toros grandes en su vida, una vaca le rompe el espinazo y lo mata a la edad de 53 años.
Esta cosa de los toros es compleja, si el toro que aventó al Pana no hubiera sido “capacho”, ¿Qué quiere decir capacho? Capacho es la característica de la cuerna del toro. Si vemos bien el video, podremos observar que tiene la punta de los cuernos hacia abajo y tan curvas que casi se encuentran. Por lo tanto un toro capacho es muy difícil, que prenda, que pueda herir con la punta del pitón, porque no tiene espacio para moverse, no es como los toros paliabiertos u cornivueltos, o los toros veletos, que tiene las puntas para arriba, como velas, un toro veleto lo hubiera prendido, lo hubiera penetrado y a la mejor le da una lesión en una pierna pero no lo avienta de este modo; habría que ver que tan baja llevaba la cabeza el toro en el momento del golpe, pero evidentemente que la llevaba suficientemente abajo como para levantarlo como muñeco de trapo, porque el “Pana” vuela y cae, y al momento del golpe pierde todo el aire de los pulmones, no tiene reflejos, no mete las manos, y cae pegándose exactamente con la cara, con la barbilla y ahí es en donde se le parte las facetas de las vertebras, las facetas son las partes laterales de las vertebras. Por lo tanto la lesión raquídea espinal es la verdaderamente grave y es la que lo dejó cuadrapléjico.
El “Pana” es un torero que algunos llaman el último torero romántico de México. Es un hombre que ya se había despedido, pero el día de su despedida, en la Plaza México, pegó un muletazo, uno, y de ese muletazo ha vivido diez años.se lo llevaron a España, lo consagraron en Sevilla, le decía que era el “Brujo de Apizaco”. Era un hombre excéntrico. Era un tipo que tenía todos los elementos suficientes para ser una atracción en la taquilla. Unos decía que era un mamarracho, otros decían que era un torero inspirado. Y era realmente lo último que le quedaba a la fiesta, de esas cosas legendarias, de los toreros que vivieron el hambre y corrieron la legua, y llegaron tarde a todo. Finalmente, a la edad que tiene, aunque la cifra oficial de lo que dice su página de internet, 64 años, no es cierto, es bastante mayor que eso, aunque eso ni importa, lo que importa es que es un hombre que debía estar disfrutando el retiro. Nunca ganó suficiente dinero, fue un hombre mal administrado por la fiesta y mal administrado por la vida. Pecó mucho, llamémosle así; fue hombre de excesos, de todos los excesos imaginables, y alguna vez en su despedida del 7 de enero de 2007, en la Plaza México se hizo más famoso todavía por el brindis, por el que iba a ser el último brindis de su vida. Pidió el micrófono de la radio y dijo: “Brindo por las damitas, damiselas, vagas, salinas, zurrapas, suripantas, las del tacón dorado y pico colorado, las putas, las buñis, pues mitigaron mi sed y saciaron mi hambre y me dieron protección y abrigo en sus pechos y en sus muslos, y acompañaron mi soledad. ¡Que Dios las bendiga por haberme amado tanto!”. Hoy el “Pana” es simple y sencillamente una leyenda del toreo mexicano.
MISAS Y ORACIONES EN HUAMANTLA, POR LA SALUD Y LA VIDA DE ""EL PANA